“Mi poesía es de amor y guerra. Prince habla de drogas y nadie se lleva las manos a la cabeza. Yo, como lo digo muy clarito y en castellano, provoco rechazo. Como soy de campo, a mí eso del rock urbano no me llega. Yo lo llamo rock transgresivo porque las letras tienen que llegar. No es música para bailar. Hago algo que te llega, que te motiva, que te hace sentir, que sientes. Yo me dirijo igual al rico que al pobre”.
Roberto Iniesta concedía esta entrevista en marzo de 1996, en El País de las Tentaciones. En plena promoción de #Agila se abría un poco al imperio mediático de El Grupo Prisa, que desde los 40 Principales empezaba a bombardear el #SoPayaso.
“Cuando escuché Guitarras Callejeras… uf ¡me quedé atónita! Es que lo tiene todo. Es como una biblia. Me fascinaron porque sonaban rock y gitano; al lado de Pata Negra, muchos de los supuestos ídolos del rock parecían monaguillos. Creo que es el disco de rock más importante de la historia de España a nivel internacional. Es un ejemplo de cómo hacer un disco de canciones rock con solo dos guitarras y en directo. Me gustan todas, pero en particular Ratitas Divinas, porque dedicar una canción a las ratas es genial, y además ¡me siento identificada con esas calles llenas de ratas! También me gusta especialmente Rock Del Cayetano porque era un amigo de todos nosotros, todo un personaje, un señor mayor que siempre iba con gallinas, yerbabuena, gazpacho… en un coche muy viejo y escribía poesías”.
Cathy Claret a efeeme.com rescatado por Marcos Gendre para el libro Blues De La Frontera, Anarquía y Libertad de los Amador.
La noche del ‘Back in black’ la recuerdo como si hubiera ocurrido el último verano. Migue tenía 12 años y 3.000 pesetas ahorradas (unos 18 euros de hoy) y me pidió consejo.
– “Manu, papá me va a llevar después al Hipercor ¿cuál me compro?”.
– “Yo creo que el último de Faith No More debe ser la caña”.
– “Vale”.
No volví a casa hasta pasada la media noche y, a medida que me iba acercando a la habitación, fui sintiendo que algo especial se cocía allí dentro. Estaba todo casi a oscuras, sólo la luz del flexo, entré en aquel antiguo gallinero reformado y vi cómo se dibujaba esa sonrisa tan especial en su carita de pillín. Migue estaba de pie, sudando, en medio del cuarto, con aquella raqueta de bádminton que utilizábamos como guitarra. Se acercó corriendo al equipo de música, bajó el volumen y se vino hacia mí con la misma velocidad.
– “Manu, al final me he comprado el ‘Back in black’ de AC/DC ¡Ya lo he escuchado más de seis veces seguidas! Es flipante y me da igual que me haya costado igual que un disco nuevo”.
Y tanto, vaya descubrimiento. La nueva versión remasterizada en Cd de un álbum mítico, el del regreso en negro de Angus Young y compañía tras el fallecimiento del cantante Bon Scott. Ya teníamos el ‘Highway to Hell’ y un directo pirata de los 90; pero para entrar en el mundo AC/DC, esta es la piedra de toque ideal.
Desde aquella noche, Migue se convertiría en un incondicional de la banda de Angus y Malcom Young. El efecto que hizo en él aquel disco de título con juego de palabras y arranque a campanazos (vaya manera más elegante de despedir a Bon) le hizo interesarse tanto por su inspirador que, a partir de entonces, comprendió y se preocupó muchísimo más por la etapa que el primer cantante de AC/DC había marcado: Desde ‘High Voltage’ hasta el salvaje ‘Let There be Rock’, aquellos discos grabados en los 70 fueron cayendo uno tras otro.
La guinda la pondríamos en menos de un año. Un 6 de julio de 1996 vivimos el sueño de ver actuar a AC/DC en directo, en Lisboa (Portugal), en pleno Ballbreaker Tour, con Migue contando 13 años recién cumplidos.
“Have a drink on me”.
El próximo 20 de junio, en colaboración con los amigos Gloria Vendimia, lanzaremos edición especial de una camiseta de Migue Matajare muy Verde Reverde.
Fue un lunes 14 de mayo de 2001. El disco que nos cambió la vida veía la luz. ‘El Sentimiento Garrapatero que nos traen las flores’. El primer disco de Los Delinqüentes. 15 canciones como 15 soles. Desde su salida sorprendió a público y crítica especializada por su desparpajo y su estilo propio.
Después de una década dominada por las propuestas cantadas en inglés, los temas apáticos y la actitud de desencanto; la rica fusión musical sumada a los textos poéticos, surrealistas y cargados de “jerga andaluza y sobreentendidos” de Migue y Canijo, provocaron una pequeña revolución en su estilo que llega hasta nuestros días. Josema Pelayo y Diego Pozo se encargaron de la producción y los arreglos y junto a la Banda del Ratón terminaron por dar forma y rematar un disco con espíritu de clásico.
Un clásico joven de los que nunca envejece. Sin fecha de caducidad como gustaba decir ar Migue. 20 años después de su estreno, ‘El Sentimiento Garrapatero que nos Traen las Flores’ me parece que sigue siendo insultantemente joven, fresco y actual. No puedes quitar ninguna canción. Son todo ‘hits’. Desde ‘El aire de la calle’ hasta ‘La caja de mi mollera’ pasando por todas las demás: ‘Esos bichos…’, ‘Duende garrapata’, ‘Nubes de pegatina’…
Pienso en cómo vivimos Migue y yo esa fecha tan simbólica de 20 aniversario en otros discos seminales como Triana ‘El Patio’ (1975), cuando lo descubrimos en 1995; o Veneno ‘Veneno’ (1977), cuando lo compramos precisamente y lo escuchamos por vez primera en 1997. Nuestra sociedad era otra. No teníamos internet popularizado a nivel de calle como hoy. Ni redes sociales, ni música en streaming o MP3 por doquier. El formato físico en CD o vinilo seguía mandando (el vinilo en liquidación que nadie quería ya jjjjj)…
En fin, que nosotros descubríamos a Pata Negra o a Triana y éramos unos adolescentes raros porque esa música ya no sonaba en la radio, ni la escuchaba ninguno de nuestros colegas… Así que es un orgullo ver que el legado de Migue en Los Delinqüentes y en Matajare sigue impactando con tanta fuerza, y 20 años después está en las playlist de muchos chicos y chicas que lo descubren hoy día, o de amigos y amigas que comparten su experiencia vital y escriben emocionados hablando de todas esas canciones maravillosas que forman la banda sonora de su vida.
Migue creía firmemente en lo que hacía. Desde que montó el grupo con El Canijo y eligió el nombre de Los Delinqüentes, desde que conocieron a Diego y se arrimaron a la banda del Ratón, tenía muy claro que su propuesta era novedosa, original, callejera, auténtica, vacilona, más garrapatera que ninguna jjjj Un cóctel explosivo de fusión de músicas y sentimientos que alegran los corazones. Así que se ve que se salió con la suya.
Felicidades a todos y todas los que pusieron y ponen su granito de arena para que todas aquellas canciones sigan entre nosotros con toda su fuerza.
Desde la discográfica Warner han preparado un bonito vídeo homenaje con el que fuera el primer single del mítico álbum, ‘El aire de la calle’.
En 1979, dos años después de participar en el disco homónimo de Veneno (junto a KikoVeneno) los hermanos Raimundo y Rafael Amador grababan en el pequeño estudio de Ricardo Pachón en Umbrete unas sesiones que no verían la luz hasta 1986 en Nuevos Medios. Entre una y otra fecha habían aparecido los dos primeros discos que Pata Negra grabaron para Universal, ‘Pata Negra’ (1981) y ‘Rock gitano’ (1983).
Como recuerda Pachón, Raimundo y Rafael fueron los primeros en introducir la técnica de la púa en la guitarra flamenca, los primeros gitanos rockeros que absorbieron toda la música que oían en las calles de Sevilla, del flamenco al blues y al rock de Jimi Hendrix o Janis Joplin, pasando por el jazz manouche de Django Reinhardt. Y en este disco sus guitarras callejeras brillan más que nunca, trenzándose la una con la otra con una energía descomunal a lo largo de extensos crescendos.
Se atreven con un corrido mexicano (‘Juan Charrasqueado’), pero donde más brillan es en los rockanroles: tanto el ‘Rock del Cayetano’ como ‘Pata palo’ son piezas maestras, de antología.
‘Ratitas divinas’ radiografía la pobredumbre de los extraradios sevillanos donde crecieron (el Polígono San Pablo, Las Tres Mil…), y ‘Morao mellizo’ es un jugoso instrumental, igual que el primer bonus track, titulado precisamente ‘La pata negra’. El otro es una versión de ‘Los mánagers’ sin vientos, mucho más callejera y acorde con el resto del disco. Una gozada de la cabeza a los pies. Para mí, el mejor disco de Pata Negra, incluso superior al aclamado ‘Blues de la frontera’ (1987).
[Esteve Farrés, artículo para la revista Rock de Lux]
Bon Scott de AC/DC con las gafas del revés. Nunca habíamos visto Migue y yo esta foto de uno de nuestros ídolos, ¿el mejor cantante de rock de todos los tiempos? Puede ser… Lo que no sabíamos que podía ser era esa conexión que descubrí hace unos días. Le piden a Bon una foto con unos fans y el nota va y se pone las gafas del revés. Garrapatero auténtico.
Otra: Una vez un empleado de la discográfica Atlantic, en tono de burla, en unos baños, le dijo “anda mira el cantante, ¿y tú quién eres: AC ó DC?”. Bon le miró tranquilamente, sonriendo, y le respondió: “Yo soy el rayo de en medio”.
Ray Heredia, primero por la izquierda, junto a La Barbería del Sur, foto de Johnny Pacheco.
“Avanzado a su época, “Quien no corre, vuela” se presentó a la par con el debut de La Barbería del Sur. En la sala Revólver y ante espectadores como Andrés Calamaro, sagaz visionario del maridaje de la rumba y el rock. La urgencia de conectar con su tiempo azuzó al flamenco joven, que nunca volvió a ser tan fresco ni desinhibido. Ray emergía como una versión gitana de Prince: compuso todos los temas, los arregló y tocó todos los instrumentos (guitarras flamencas y eléctricas, bajo, percusión, piano a pelo). “Vivía y sentía al límite”, contó Teo Cardalda, aquí productor y músico ocasional”.
¡Respeto! Hoy celebramos el 8 de marzo, el día internacional de la mujer, con este maravilloso vídeo en directo de Patti Smith, que interpreta su canción ‘People have the power’ en un teatro público de Nueva York con 250 voces acompañándola a ella y a la banda, en la que también se encuentra Stewart Copeland (batería de The Police), para ponernos los pelos como escorpiones ;D
De Patti Smith y de todas las mujeres luchadoras no dejamos de aprender cosas. La esencia de todo ello es respeto, libertad y educación. Dar el sitio y bailar, dejar bailar.
Descubrí a Quinqui Sound en mayo de 2020, cuando compartieron una fotografía del graffiti de Migue, y desde entonces soy uno más de sus apasionados seguidores. De todas las publicaciones que hacen sobre rumba catalana, flamenco rock y rumba taleguera, de sus listas en spotify, de sus diseños…
Originalmente, un colectivo de 4 colegas de Barcelona a los que les encanta reunirse y compartir su afición por la música y el cine quinqui, que comienzan a moverse en las redes y montan un sound system. Un sound system, hablando en plata, es la manera de que te llamen para poner la música que te mola en los sitios que te gustan porque te acompaña y enganchas a tela de gente como tú.
Y así es que la movida de Quinqui Sound no para de crecer y para nosotros es un orgullo poder acompañarles en su proyecto y colaborar para que sus diseños transgresivos puedan llegar a todos aquellos y aquellas que los quieran lucir. Camis, pegatas, tazas… ¡Estamos de estreno en Ferpectamente!
Quinquidélicos perdíos, vamos. Y es que ese universo de artistas musicales, del cine y de la cultura que sobrevive sin grandes operaciones de marketing, con las puertas cerradas de los grandes medios, pero a los que les sobra con el boca a boca, la verdad y la calidad de sus propuestas para llegarte con la fuerza de una flecha, nos pirra sobremanera.
Barrios marginales, éxodo rural, emigración, extrarradio… No hay lugar para los prejuicios, ni para la fachada. A veces hay que comer en frío, otras en caliente, y defender a tus colegas.
La fotografía está compuesta por una selección de post hechos en facebook e instagram por Quinqui Sound.