En el Parque de Atracciones [de Madrid] contrataban a grupos de moda y el público entraba gratis, era un reclamo para que fuera mucha gente y luego se gastase el dinero en el parque. Por eso los conciertos eran solo de cuarenta y cinco minutos. El problema era que a Smash era muy difícil pararlos. Esto lo contaba Alfonso Guerra en un documental, porque Smash iban para ponerle música al intermedio, pero se ponían a tocar y no paraban.
Estaba lleno de gente con el pelo largo, que los de Madrid tenían la melena más larga que los de Sevilla. Fue un éxito total, la gente se sabía las canciones. Iban con Silvio, que estaba de percusionista, dando sus gritos. Pero llegó Torrebruno, dijo que había que cortar, y no le dije nada al grupo porque me hubiera dado igual. No paraban, entonces cogió Torrebruno y les desenchufó. Henry, el danés, lo dejó inmediatamente, no tiene sangre para nada, pero Silvio cogió la batería, se puso a hacer un solo, que sus solos eran míticos, la gente se volvió loca, y Torrebruno dio orden de quitarle la batería. Pues hizo el solo mientras le iban quitando la batería pieza a pieza, hasta que solo le quedó la tumbadora, la cogió entre los brazos y se tiró al foso de agua con ella, y con él todo el público detrás. Torrebruno nos quería matar.
Declaraciones de Javier García Pelayo, entrevista en Jot Down Magazine.