El Nuevo Día de Lole Manuel

“Me decían «¿Pero flamenco? esto es un festival de rock». Yo les insistía: «Lole y Manuel son más hippies que nadie, te lo aseguro». Como había movido a Màquina! se fiaban de mí, aunque me los pusieron a última hora de la noche. En esa época el flamenco estaba unido al franquismo. Empezó a haber un movimiento de incomodidad cuando salieron. Oí a uno decir «para eso que hubieran traído a Lola Flores»…

Después empezaron «De lo que pasa en el mundo, por Dios que no entiendo nada, el cardo siempre gritando y la flor siempre callada, que grite la flor, que grite la flor y que se calle el cardo, y todo aquel que sea mi enemigo que sea mi hermano…». Cómo se puso la gente… yo solo veía cardos, por la pildorilla, pero de repente se puso todo lleno de florecillas. Todo el mundo estaba puesto con los mismos tripis, LSD bueno. Cuando cantó Lole: «Señor de los espacios infinitos, tú que tienes la luz entre las manos, derrámala señor, te lo suplico, y enséñale a amar a mis hermanos». Mira, ahí hubo un orgasmo colectivo. Todos corriéndose… Cuando salió el sol, tío, y ellos cantando «el sol joven y fuerte ha vencido a la luna, que rompe tinieblas por campiñas lejanas…» la gente estaba ya flipando, porque eso era milagroso. Nunca he visto a la palabra, al verso y la música cambiar la actitud de miles de personas. Cuarenta y cincuenta mil personas hostiles convertidas en una sola persona entregada que se está corriendo contigo. De hecho, Lole y Manuel hicieron carrera en Catalunya más que en ninguna parte. Ni los The Mamas & the Papas ni San Francisco ni nada, lo más hippie es el flamenco”, Javier García Pelayo, manager de Lole y Manuel en 1975, sobre el festival Canet Rock. Entrevista en JotDown.

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